Entonces, me convertí en un PACIENTE ACTIVO, no me quedé esperando a que solo los tratamientos convencionales hicieran su efecto y me dediqué con apertura de espíritu total, a escuchar a personas que habían superado esta enfermedad y/o que presentaban alternativas de sanación y fue ahí donde descubrí grandes maestros, como el Dr. Servan Schreiber, el profesor Henri Joyeux, Wim Hof, Tony Robbins, Master Stephen Co, de ahí en adelante la vida se transformó…
Este cambio no fue automático, había mucho por trabajar, pero el hecho de tomar la decisión hizo un cambio interno en mí y en mi transformación progresiva.
Había crecido pensando que tenía que pelear para lograr ser feliz, que la vida estaba en mi contra y esto no era verdad. Mi verdadero problema eran mis hábitos, ellos me impedían construirme la vida que realmente me merecía. Una vez abandoné todo lo que creía “que debía ser”, con tiempo y disciplina llegué a un destino completamente distinto.